Se trata de un procedimiento sencillo. Sólo son necesarios dos requisitos: tener más de treinta y cinco años y comprar un dispositivo electrónico (teléfono, tableta o simple reproductor de contenidos) de pantalla táctil. El deterioro oftalmológico, la lentitud de los dedos desplazándose sobre la pantalla (intentando cambiar el instintivo pinchar por el roce) y la necesidad de saber cómo funciona el aparato se encargarán del resto. Por su aspecto, todos creerán que el caimán (o la caimana, recuerda que Cuartientos es un espacio plural que cree firmemente en la superioridad del género femenino), que el bicho en cuestión es un intelectual. No importa que esté jugando Zombie highway, Crazy dentist o Candy crush.
1 comentario:
mi blog. dame un feedback. saludos. roberto santoyo
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