13 ene 2012

POLÍTICO NO DEL TODO

A la enfermera que le pega a los niños que no pueden tragar pastillas hay que decirle:
Que a los niños no se les pega. Por ninguna razón.
Que es necesario controlarse.
Que una pastilla puede resultar gorda, muy gorda de tragar.
Que cuando el niño no la traga comienza a disolverse en su boca.
Que el sabor suele ser desagradable.
Que quizá por eso el niño la escupió sobre las sábanas.
Que a los niños no se les pega, por ninguna razón.
Que la suciedad de la sábana carece de trascendencia.
Que lo importante es la salud del niño.
Que su gesto seguramente está relacionado con alguna otra cosa.
Que es posible que ella tenga problemas en su casa.
Que todos podemos, que todos debemos, en ciertas ocasiones llorar.
Que la situación con su marido puede mejorar.
Que también puede empeorar.
Que lo importante es que ella mantenga la calma.
Que recuerde que a los niños no se les pega, por ninguna razón.
Que mejore.
Que ella deberá asumir sus responsabilidades.
Que ojalá todo mejore.
Que luego hablaremos del asunto.
Pero que en una próxima ocasión, en la casa o en el trabajo, evite comportarse como una hija de la gran puta.

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