14 feb 2012

EL CORAZÓN ES UN CUENTO

Sorprende que, a pesar de lo divulgadas que han sido las características del aparato circulatorio y de que en la calle sea casi tan común hablar de la aorta y la mitral como de trajes y vestidos, se continúe relacionando el corazón con el sentimiento amoroso. Si de órganos hablamos y se pudiera ser consecuente con el asunto divulgador, más valdría relacionar este sentimiento con el estómago ("Amor con hambre no dura", "Por la boca muere el pez"), con el cerebro ("El amor es una alucinación con percepto", dice Fausto Porai, uno de mis personajes favoritos) o, por obvio y según sea la situación o el estado, con los genitales.
Mucho más sorprendente resulta la perpetuidad adquirida por el pictograma cardiaco. Esas claves de sol amputadas y contrapuestas, ¿qué son? ¿A qué órgano representan si todos sabemos que el corazón tiene forma de puño?
No es una sugerencia. Simplemente una pregunta. Pero, ¿por qué en lugar del corazón en clave de sol los adolescentes de hoy no le envían un cerebro a las muchachas que aman? ¿O un estómago? 
Yo, que ya soy un hombre maduro y me doy el lujo de llevar una calcomanía de Hello Kitty en el celular porque me la regaló mi hija, no tengo que enviar pictograma ninguno.
-Pero podías hacer un regalo -me dice una enfermera amiga.
Pues tampoco. Hoy no tengo dinero. Ando sin blanca. Y sin negra. Y en días como hoy hago uso de las enseñanzas de uno de los amigos más asquerosos de la primera juventud.
-Nunca regales joyas. Puedes hacer regalos, pero sólo de cosas que compartirás con ella: una comida, una botella de vino, esas cosas.
Es necesario de todas maneras reconocer que tanto el corazón como su pictograma son representaciones afortunadas del asunto amoroso. Preferibles a los candados de Moscia que tienen un defecto obvio además del relacionado con el dinero de los contribuyentes: el amor-cárcel.
Más que de vísceras, el amor es un asunto de piernas. "Tiene il prosciutto negli occhi", dice un primo italiano refiriéndose a su hijo enamorado, con los ojos vendados con jamón. ¿Y de dónde viene el jamón? Es otro asunto de piernas, ya lo decía yo. Lo del corazón es un cuento que ganó el premio nacional de literatura. Un cuento bonito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me he pasado por aquí porque me lo habían recomendado y la verdad, es que tu cuento me ha "encantado", (por usar una palabra usual), pero más bien me parece inteligente, crítico y sensato, además de bien relatado y contado.
Y ya que he llegado, seguiré merodeando por estos lares, con tu permiso.
Espero tener el placer de saludarte en persona en la presentación de Argot.
Hasta pronto,
P.T.