Un libro es un objeto vacío que uno
(escritor), a través de los días (años y décadas según mi ritmo)
llena con sus manos, sus ideas, un proyecto y, fundamental, una pizca
de sentimientos.
En ocasiones, el objeto en cuestión
sufre una multiplicación que no se llama mitosis ni meiosis sino
edición. Esta reproducción puede ser asistida por especialistas que se conocen como editores pero también por uno (escritor) mismo.
Así, el libro llega a dos (lector) que
mayormente lo ve como un objeto vacío que llena con su tiempo, sus
manos, sus ideas, un proyecto de lectura y, en ocasiones, sus
sentimientos.
Si el objeto se llena nuevamente, es
lindo, es un momento lindo. Si las manos de uno y otro se encuentran,
es hermoso. Si las ideas se rozan, es magnífico. No se podría pedir
más. Si acaso que se encuentren también los sentimientos
pero eso
es demasiado
peligroso.
4 comentarios:
La vida, esta deliciosa, aunque a veces amarga aventura que vivimos, está sembrada de peligros. La mayor parte de las veces es mejor evitarlos; pero hay ocasiones en las que correr peligro puede desembocar en algo maravilloso.
Los peligros son la sal de la vida amigo...
Que levante la mano quien crea que la compañera Maribel tiene razón.
Me pido el primero.
Querido amigo Slavko... de los mayores peligros o de los cotidianos, pueden salir deliciosos libros que compartir, o también... bellas horas que compartir entre libros, amigos, y ricas viandas.
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