Lo he pensado mucho, ¿sabes? Tengo varios días en ello y finalmente lo he decidido. Lo hago por tu bien y por el mío. Nos estamos haciendo daño: tú a mí y quizás yo también a ti. Cada vez me resulta más pesado acercarme: buscarte, abrirte, explorarte son cosas que ya no hago con placer. Me resulta difícil y, por si fuera poco, cuando estoy dentro de ti, te siento tóxica, como si me estuvieras envenenando. No me interesas ya y pienso que tu compañía es una pérdida de tiempo. Te imagino mientras lees esto y seguramente le echarás la culpa a los años. En parte tienes razón, soy un hombre del siglo pasado. Pero creo que si tuviera veinte años procedería de la misma manera. Es que me he cansado ya de tanta tontería: de los grupos que haces, de los amigos que repentinamente traes a nuestras citas, de las suplantaciones que propicias. No creo, además, que puedas mejorar. Crecer sí, pero mejorar ya no, porque tú tienes un problema estructural. Como todo en la vida, alguna cosa buena tendrás. Lo sé, lo sé. Pero me resulta difícil individuarla. Es que yo nunca pensé que entre nosotros pudiera haber algo. Me acerqué por culpa de los amigos que habían estado contigo y que creyeron que yo también la pasaría bien dentro de ti. Pues resulta que no, que aunque me haya tomado mi tiempo para dejarlo y te haya visitado varias veces a la semana durante más de un año, no la he pasado tan bien. Reconozco que mi mujer ha tenido algo que ver en todo esto, pero tampoco tanto. Alguna vez me ha dicho que hasta cuándo, que si no me parecía suficiente, pero no te creas que ha insistido mucho. Creo que ella presentía que tú y yo llegaríamos más temprano que tarde a este momento. El asunto es que esto ya no tiene sentido y que la nuestra no es, como tú sueles proponer, una relación para confirmar o ignorar. No señora, esto es para cancelar, para eliminar, un contrato por rescindir. Yo a ti no te quiero ver más nunca y no quiero que tú vuelvas a hacer ninguna referencia a mí. Vete ya, piérdete de mi vista. No me jodas más con tus invitaciones ni con mensajes en mi buzón. Ya no quiero nada más de ti. Los amigos que compartimos sé que lo entenderán y siempre podremos coincidir en otros puertos. Espero que éstos sean mucho más reales que el tuyo. Ha llegado entonces la hora de dejarlo, querida. No insistas más. Es suficiente, nunca más volveré a visitarte ni verte. No volveré a pensarte. Tampoco a teclear las letras de tu nombre. Te has ido ya. No existes, ¿sabes? Ya no existes en mi vida. De hecho, ésta es la última vez que te nombro, querida Facebook.
2 comentarios:
Mientras pueda encontrarte aquí, digamos que no me importa, pero, dentro de poco acabas, vas a dejar de ver a bastante gente ¿lo has pensado? yo, personalmente, ya sabes que te echaré de menos, aunque te vea una vez cada 3 o 4 meses, digamos que sé donde encontrarte. A mí faceboock?? me la trae floja, pero es en el único sitio donde puedo hablar y tener información de mis primos de Australia y que hace más de 15 años que no veo. Cada noche de guardia, antes de acostarme, hago un repaso de las últimas noticias, Javi vive en Japón, he estado hablando con él estos días y ha sido muy emocionante, sus relatos sobre los terremotos y su negativa a irse de allí son, una mierda. Daniel va a tener otro hijo, ha decidido que ya que están puestos en lo de la crianza, aaala,a por todas y Sebastián, que es el mayor, se dedica a vivir y a hacer mucho deporte, a escalar montañas y ligar en la Universidad, algo que no hizo cuando tenía 18 años y a los 38... en fín. Que mola si hay un buen motivo.
Dr Z, amigo mio, mientras te pueda encontrar me da igual que sea en el caralibro, o en algun club de la vecindad... pero sigue visitando mi sitio... que no me lees... y no hemos bautizado a mis post, ¿ve?s para eso servia el caralibro... para comentar cositas, para arnos noticias para compartir actualidad, y eso como todo, es admisnistrar con sabiduría..
Besos amigo
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